“Que cada hombre tenga cuidado de cómo sobreedifica. Porque nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo. Y si sobre este fundamento alguno edificare oro, plata, piedras preciosas, madera, heno, hojarasca, la obra de cada uno se hará manifiesta; porque el día la declarará”. – (1 Corintios 3:10-13)
El fundamento de toda expresión es la conciencia. El hombre intenta, pero no puede encontrar una causa de manifestación aparte de su conciencia de ser. El hombre cree que ha encontrado la causa de la enfermedad en los gérmenes, la causa de la guerra en ideologías políticas conflictivas y avaricia. Todos los descubrimientos del hombre, catalogados como la esencia de la sabiduría, son tonterías en los ojos de Dios. Solo hay un poder y este poder es Dios (conciencia) Él mata; hace vivir; hiere; sana; hace todas las cosas, buenas, malas o indiferentes.
El hombre se mueve en un mundo que no es, nada más ni nada menos, que su conciencia exteriorizada. Sin saber esto, él pelea contra sus reflejos mientras él mantiene viva la luz y las imágenes que proyectan los reflejos. “Yo Soy la luz del mundo.” Yo Soy (conciencia) es la luz. Aquello de lo cual Yo Soy consciente de ser (mi concepto de mí mismo), como “Yo Soy rico”, “Yo Soy sano”, “Yo Soy libre”, son las imágenes. El mundo es el espejo que magnifica todo eso que Yo Soy consciente de ser.
Deja de intentar cambiar el mundo, ya que solo es el espejo. El intento del hombre de cambiar el mundo por la fuerza, es tan infructuoso como romper un espejo con la esperanza de cambiar su rostro. Deja el espejo y cambia tu cara. Deja el mundo solo y cambia tu concepto de ti mismo. El reflejo será entonces satisfactorio.
Libertad o encarcelamiento, satisfacción o frustración, sólo pueden ser diferenciado por la conciencia de ser. Independientemente de tu problema, su duración o su magnitud, la atención cuidadosa a estas instrucciones eliminará, en un tiempo increíblemente corto, incluso el recuerdo del problema. Hazte esta pregunta: “¿Cómo me sentiría si fuera libre?” En el momento mismo en que sinceramente te haces esta pregunta, la respuesta viene. Ningún hombre puede decirle a otro la satisfacción de su deseo cumplido. Queda para cada uno dentro de sí mismo, experimentar el sentimiento y la alegría de este automático cambio de conciencia. El sentimiento o emoción que viene a uno en respuesta a su autointerrogación, es el estado de conciencia del Padre o la Piedra de Fundación sobre la cual se construye el cambio de conciencia. Cómo se expresará a si mismo este sentimiento, nadie lo sabe, pero lo hará; el Padre (conciencia) tiene maneras que ningún hombre conoce; es la ley inmutable.
Todas las cosas expresan su naturaleza. Al usar un sentimiento, se convierte en tu naturaleza. Puede tomar un momento o un año, depende completamente del grado de convicción. A medida que desaparecen las dudas y puedes sentir “Yo Soy esto”, comienzas a desarrollar el fruto o la naturaleza de aquello que estás sintiendo ser. Cuando una persona compra un sombrero nuevo o un par de zapatos, él piensa que todos saben que son nuevos. Él no se siente natural con su vestimenta recién adquirida hasta que se convierte en una parte de él. Lo mismo se aplica al uso de los nuevos estados de conciencia. Cuando te haces la pregunta, “¿Cómo me sentiría si mi deseo se hubiera realizado en este momento? “la respuesta automática, hasta que está adecuadamente condicionada por el tiempo y el uso, es en realidad perturbadora. El período de ajuste para realizar este potencial de la conciencia es comparable a la inexperiencia en el uso de la vestimenta. Sin saber que la conciencia siempre se está mostrando a sí misma en condiciones a tu alrededor, como la esposa de Lot, tú continuamente miras hacia atrás sobre tu problema y vuelves a ser hipnotizado por su aparente naturalidad.
Presta atención a las palabras de Jesús (salvación): “Deja todo y sígueme”. “Deja que los muertos entierren a los muertos “. Tu problema puede haberte hipnotizado tanto con su aparente realidad y naturalidad, que encuentras difícil usar el nuevo sentimiento o conciencia de tu salvador. Debes asumir esta vestimenta, si lo haces tendrás resultados. La piedra (conciencia) que los constructores rechazaron (no usarían) es la piedra angular y ningún hombre puede poner otro fundamento.