“¿Puede, una firme persuasión de que una cosa es así, hacer que la cosa sea así?” Y el profeta respondió, “Todos los poetas creen que si puede. Y en épocas de imaginación, ésta firme persuasión removió montañas: pero muchos no son capaces de una firme persuasión.” – Blake, Matrimonio del Cielo y el Infierno
“Cada hombre está plenamente convencido de lo que piensa”. – Romanos 14: 5
La convicción es un esfuerzo interno o intensa atención. Escuchar atentamente como si lo hubieras oído, es evocar; es activar. Al escuchar, puedes oír lo que quieres oír y persuadir a aquellos que están más allá del rango del oído externo. Háblalo internamente sólo en tu imaginación. Haz que tu conversación interna coincida con tu deseo cumplido. Lo que deseas escuchar afuera, debes escucharlo adentro. Acepta lo externo en lo interno y conviértete en alguien que sólo escucha aquello que implica el cumplimiento de su deseo y todos los acontecimientos externos en el mundo se convertirán en un puente que te llevará a la realización objetiva de tu deseo.
Tu conversación interna es perpetuamente escrita a tu alrededor en acontecimientos. Aprende a relacionar estos acontecimientos con tu conversación interna y te volverás autodidacta. Por conversación interna me refiero a aquellas conversaciones mentales que llevas contigo. Estas pueden ser inaudibles cuando estas despierto por los ruidos y distracciones del mundo externo de las apariencias, pero son audibles en profunda meditación y en sueños. Pero ya sean audibles o inaudibles, tú eres su autor y moldeas tu mundo en su semejanza.
“Hay un Dios en el cielo (y el cielo está dentro de ti) que revela los misterios, y Él ha dado a conocer al rey Nabucodonosor lo que sucederá al fin de los días. Tu sueño y las visiones que has tenido en tu cama eran éstos”. -Daniel 2: 28
Las conversaciones internas desde las premisas del deseo cumplido es la forma de crear un mundo inteligible para ti. Observa tu conversación interna porque es la causa de la acción futura. La conversación interna revela el estado de conciencia a través del cual observas al mundo. Haz que tu conversación interna coincida con tu deseo cumplido, porque tu conversación interna es manifestada alrededor tuyo en acontecimientos.
“Si un hombre no ofende en palabra, éste es un hombre perfecto, capaz también de refrenar todo el cuerpo. Miren, nosotros ponemos freno en la boca de los caballos para que nos obedezcan y dirigimos así todo su cuerpo. Miren también los barcos, aunque tan grandes y son llevados por impetuosos vientos, son dirigidos por un timón muy pequeño hacia donde la inclinación del timonel lo desee. Así también la lengua es un miembro pequeño, pero se jacta de grandes cosas. Miren ¡Cuán gran bosque se enciende con un fuego pequeño!” – Santiago 3: 2-5
Todo el mundo manifestado está para mostrarnos el uso que hemos hecho de la Palabra – el Habla Interna. Una observación acrítica de nuestra conversación interna nos revelará las ideas desde donde vemos el mundo. Las conversaciones internas reflejan nuestra imaginación, y nuestra imaginación refleja el estado con el cual está fusionada. Si el estado con el cual estamos fusionados es la causa del fenómeno de la vida, entonces estamos liberados de la carga de preguntarnos qué hacer, ya que no tenemos otra alternativa más que identificarnos a nosotros mismos con nuestro objetivo, y dado que, el estado con el cual nos identificamos se refleja en nuestra conversación interna, entonces para cambiar el estado con el cual estamos fusionados, debemos primero, cambiar nuestras conversaciones internas. Son nuestras conversaciones internas las que hacen los hechos de mañana.
“Dejen la vieja naturaleza, el viejo hombre, que es corrupto… y sean renovados en el espíritu de sus mentes… vístanse del nuevo hombre, el cual es creado en la justicia y santidad de la verdad”. – Efesios 4: 22-24
“Nuestra mente, como nuestro estómago, es afinada por un cambio de comida”. – Quintillan
Detén toda la antigua conversación interna mecánica negativa, y comienza una nueva conversación interna que sea positiva y constructiva desde las premisas del deseo cumplido. La conversación interna es el comienzo, la siembra de las semillas de la acción futura. Para determinar la acción, tú debes iniciar conscientemente y controlar tus conversaciones internas. Construye una oración que implique el cumplimiento de tu objetivo, tal como – “Tengo un ingreso grande, estable y confiable, consistente con integridad y beneficio mutuo”, o “Estoy felizmente casado”, “Soy querido”, “Estoy contribuyendo al bien del mundo”, y repite tales oraciones una y otra vez hasta que seas internamente afectado por ellas. Nuestra conversación interna representa en varias formas, el mundo en el que vivimos. “En el principio era la palabra” – Juan 1: 1
“Aquello que siembras, cosecharás. ¡Mira aquellos campos! El sésamo era sésamo, el maíz, era maíz. ¡El Silencio y la Oscuridad lo sabían! Así es como nace el destino del hombre”. – La Luz de Asia
Los finales son fieles a los orígenes.
“Aquellos que van en busca de amor, sólo hacen manifiesta su propia falta de amor. Y los faltos de amor nunca encuentran amor, sólo los llenos de amor encuentran amor, y ellos nunca tienen que buscarlo”. – D.H. Lawrence.
El hombre atrae lo que es. El arte de la vida es sostener el sentimiento del deseo cumplido y dejar que las cosas vengan a ti, no ir en busca de ellas o pensar que se escapan.
Observa tu conversación interna y recuerda tu objetivo. ¿Éstos coinciden? ¿Coincide tu conversación interna, con lo que dirías audiblemente si tu deseo ya se hubiese cumplido? La conversación interna del individuo y las acciones atraen las condiciones de su vida. A través de una autoobservación acrítica de tus conversaciones internas tú sabrás dónde estás en el mundo interno, y donde estás en el mundo interno es lo que eres en el mundo externo. Te vistes del nuevo hombre cuando el ideal y la conversación interna coinciden. Sólo de esta manera puede nacer el nuevo hombre.
La conversación interna madura en la oscuridad. Desde la oscuridad emana hacia la luz. La conversación interna correcta, es la conversación que sería tuya si realizaras tu ideal. En otras palabras, es la conversación del deseo cumplido. “Yo Soy Aquel”
“Hay dos dones que Dios le ha dado solamente al hombre, y a ninguna otra criatura mortal. Estos son la mente y el habla; y el don de la mente y el habla son equivalentes a la inmortalidad. Si un hombre utiliza estos dones correctamente, no habrá ninguna diferencia entre él y los inmortales… y cuando él deje su cuerpo, la mente y el habla serán su guía, y por ellos será llevado a las tropas de los dioses y a las almas que han obtenido la dicha”. -Hermética, traducción de Walter Scott.
Las circunstancias y condiciones de la vida son las conversaciones internas proyectadas afuera, sonido solidificado. El habla interna llama los eventos a la existencia. En cada evento, está el sonido creativo que es su vida y ser. Todo lo que el hombre cree y consiente como verdadero se revela en su habla interna. Es su palabra, su vida.
Intenta notar lo que te estás diciendo en este momento, a qué pensamientos y sentimientos le estás dando tu consentimiento. Ellos serán perfectamente entretejidos en el tapiz de tu vida. Para cambiar tu vida, debes cambiar tu conversación interna, porque la “vida”, dice Hermes, “es la unión de la Palabra y la Mente”. Cuando la imaginación coincide con tu habla interna sobre el deseo cumplido, entonces habrá un camino directo en ti, desde adentro hacia afuera, y lo externo reflejará instantáneamente lo que hay dentro de ti, y tú sabrás que la realidad es sólo conversación interna actualizada.
“Reciban con mansedumbre la palabra implantada, que es poderosa para salvar sus almas”. – Santiago 1: 21
Cada etapa del progreso del hombre, está hecha por el ejercicio consciente de su imaginación igualando su conversación interna a su deseo cumplido. Porque el hombre no los iguala perfectamente, los resultados son inciertos, cuando podrían ser perfectamente certeros. La persistente asunción del deseo cumplido, es el medio por el cual se puede cumplir la intención. A medida que controlamos nuestra conversación interna, igualándola a nuestros deseos cumplidos, podemos dejar a un lado todos los otros procesos. Entonces podemos actuar simplemente por la clara imaginación e intención. Imaginamos el deseo cumplido y llevamos conversaciones mentales desde esa premisa.
A través de la conversación interna controlada desde las premisas del deseo cumplido, ocurren los aparentes milagros. El futuro se convierte en el presente y se revela a sí mismo en nuestra habla interna. Ser sostenido por el habla interna del deseo cumplido es estar seguramente anclado en la vida. Nuestras vidas pueden parecen ser destruidas por los eventos, pero nunca serán destruidas mientras mantengamos la conversación interna de nuestro deseo cumplido. Toda la felicidad depende del voluntario uso activo de la imaginación para construir y afirmar internamente que somos lo que queremos ser. Nos igualamos a nuestros ideales al recordar constantemente nuestro objetivo e identificarnos con el. Nos fusionamos con nuestro objetivo al ocupar frecuentemente el sentimiento del deseo cumplido. Es la frecuencia, la ocupación habitual, el secreto del éxito. Cuanto más seguido lo hagamos, más natural será. La fantasía ensambla. La continua imaginación fusiona.
Es posible resolver cada situación con el uso apropiado de la imaginación. Nuestra tarea es obtener la oración correcta, la que implica que nuestro deseo ya fue realizado, y encender nuestra imaginación con el. Todo esto está íntimamente conectado con el misterio de “la pequeña voz silenciosa”.
La conversación interna revela las actividades de la imaginación, actividades que son la causa de las circunstancias de la vida. Como regla, el hombre es totalmente inconsciente de su conversación interna y por lo tanto se ve a sí mismo, no como la causa sino como la víctima de las circunstancias. Para crear conscientemente las circunstancias, el hombre debe dirigir conscientemente su habla interna, igualando su “pequeña voz silenciosa” a su deseo cumplido.
“Él llama a las cosas que no existen, como si existieran”. – Romanos 4: 17
La conversación interna correcta es esencial. Es el arte más grandioso. Es la forma de liberarse de la limitación a la libertad. La ignorancia de este arte, ha hecho del mundo un campo de batalla y una penitenciaria donde sólo se esperan sangre y sudor, cuando debería ser un lugar donde maravillarse y sorprenderse. La conversación interna correcta es el primer paso para convertirse en lo que quieres ser.
“El habla es una imagen de la mente y la mente es una imagen de Dios”. – Hermética, traducción W. Scott.
En la mañana del 12 de abril de 1953, mi esposa se despertó con el sonido de una gran voz de autoridad hablando dentro de ella y diciéndole – “Debes dejar de gastar tus pensamientos, tu tiempo y tu dinero. Todo en la vida debe ser una inversión.”
Gastar es desperdiciar, derrochar, gastar sin retorno. Invertir, es gastar con un propósito por el cual se espera una ganancia. Esta revelación de mi esposa se refiere a la importancia del momento. Es sobre la transformación del momento. Lo que deseamos, no yace en el futuro sino en nosotros mismos en este preciso momento. En cada momento de nuestras vidas, nos enfrentamos con una elección infinita: “Lo que somos, y lo que queremos ser.” Y lo que queremos ser ya existe, pero para manifestarlo debemos igualar nuestras conversaciones internas y nuestras acciones con ello.
“Si dos de ustedes se ponen de acuerdo sobre cualquier cosa que pidan aquí en la tierra, les será hecho por mi Padre que está en los cielos”. – Mateo 18: 19
Es sólo lo que se hace ahora lo que cuenta. El momento presente no retrocede hacia el pasado. Avanza hacia el futuro para confrontarnos, gastado o invertido. El pensamiento es la moneda del Cielo. El dinero es su símbolo terrenal. Cada momento debe ser invertido, y nuestra conversación interna revela si estamos gastando o invirtiendo. Interésate más en lo que internamente estás “diciendo ahora”, que en lo que “has dicho”, eligiendo sabiamente lo que piensas y lo que sientes ahora.
Cada vez que nos sentimos incomprendidos, maltratados, abandonados, desconfiados, temerosos, estamos gastando nuestros pensamientos y gastando nuestro tiempo. Cada vez que asumimos el sentimiento de ser lo que queremos ser, estamos invirtiendo. No podemos descuidar el momento con una conversación interna negativa y esperar retener el dominio de la vida. Delante de nosotros va el resultado de todo lo que aparentemente está detrás. El último momento no se ha ido – sino que está por venir.
“Mi palabra no volverá a mí vacía, sin haber realizado lo que deseo, y logrado el propósito para el cual la envié”. – Isaías 55: 11
Las circunstancias de la vida son las palabras apagadas de tu conversación interna, que las creó – la palabra hecha visible. Hermes dijo – “La Palabra es el Hijo, y la Mente es el Padre de la Palabra. No están separados uno del otro; ya que la vida es la unión de la Palabra y la Mente.”
“Por su propia voluntad nos hizo nacer mediante la palabra de verdad”. -Santiago 1: 18
“Sean imitadores de Dios, como hijos muy amados”. – Efesios 5: 1
y usemos nuestra conversación interna sabiamente para moldear el mundo externo en armonía con nuestro ideal.
“El Espíritu del Señor habló por mí, y su palabra estuvo en mi lengua”. – 2 Samuel 23: 2
La boca de Dios es la mente del hombre. Alimenta a Dios sólo con lo mejor.
“Todo lo que es de buen nombre… piensen en esas cosas”. -Filipenses 4: 8
El momento presente es siempre precisamente adecuado para invertir, para hablar internamente la palabra correcta.
“La palabra está muy cerca de ti; la tienes en la boca y en el corazón, para que la obedezcas. Hoy te doy a elegir entre la vida y la muerte, entre el bien y el mal, entre la bendición y la maldición. Elige, pues, la vida”. – Deuteronomio 30: 14, 15, 19.
Tú eliges la vida y el bien y la bendición al ser aquello que eliges. Sólo los iguales se reconocen entre sí. Haz de tu habla interna una bendición y dará buen reporte.
La ignorancia del hombre sobre el futuro es el resultado de su ignorancia sobre su conversación interna. Su conversación interna refleja su imaginación, y su imaginación es un gobierno donde la oposición nunca obtiene el poder.
Si el lector pregunta, “¿Qué pasa si el habla interna permanece subjetiva y no logra encontrar un objeto para su amor?”, la respuesta es: no permanecerá subjetiva, por la simple razón de que el habla interna está siempre manifestándose a sí misma. Lo que frustra y amarga y se convierte en la enfermedad que aflige a la humanidad, es la ignorancia del hombre sobre el arte de igualar sus palabras internas a su deseo cumplido. El habla interna refleja la imaginación, y la imaginación es Cristo.
Altera tu conversación interna, y tu mundo perceptual cambiará. Cuando el habla interna y el deseo están en conflicto, el habla interna invariablemente gana. Porque el habla interna se manifiesta a sí misma, es fácil ver que, si se iguala al deseo, se realizará objetivamente. Si esto no fuera así, yo diría con Blake,
Antes matar a un niño en su cuna que alimentar deseos que no se ejecuten.
Pero yo sé por experiencia,
“La lengua…inflama la rueda de la creación” – Santiago 3: 6