“Y tuvo un sueño, y he aquí, había una escalera apoyada en la tierra cuyo extremo superior alcanzaba hasta el cielo; y he aquí los ángeles de Dios subían y bajaban por ella. Y, he aquí, el Señor estaba sobre ella”- Génesis 28:12 – 13
En un sueño, en una visión de la noche, cuando el sueño profundo cayó sobre Jacob, se abrió su ojo interior y vio el mundo como una serie de niveles de conciencia ascendentes y descendentes. Era una revelación de la más profunda visión de los misterios del mundo. Jacob vio una escala vertical de ascendentes y descendientes valores o estados de conciencia. Esto le da sentido a todo en el mundo externo, ya que sin tal escala de valores no habría significado para la vida.
En todo momento, el hombre permanece en la escala eterna del significado. No hay objeto o evento que haya tenido lugar alguna vez o esté teniendo lugar ahora que no tenga significado. El significado de un objeto o evento para el individuo, es un índice directo al nivel de su consciencia. Por ejemplo, tú estás sosteniendo este libro. En un nivel de conciencia, es un objeto en el espacio. En un nivel superior, es una serie de letras en papel organizadas según ciertas reglas. En un nivel aún superior, es una expresión de un significado.
Mirando externamente, primero ves el libro, pero en realidad, el significado viene primero. Ocupa un mayor grado de importancia que la disposición de la letra en el papel o el libro como un objeto en el espacio. El significado determina la disposición de las letras; la disposición de las letras sólo expresa el significado. El significado es invisible y está por encima del nivel de disposición visible de las letras. Si no hubiera un significado que expresar, ningún libro se habría escrito y publicado. “Y, he aquí, el Señor estaba sobre ella”. El Señor y el significado son uno: el Creador, la causa de los fenómenos de la vida.
“En el principio era la Palabra, y la Palabra estaba con Dios, y la Palabra era Dios” – Juan 1: 1
En el principio era la intención – el significado – y la intención estaba con el intencionado, y la intención era el intencionado. Los objetos y eventos en el tiempo y en el espacio ocupan un nivel de significancia menor que el nivel de significado que los produjo. Todas las cosas fueron hechas por el significado, y sin significado nada de lo que ha sido hecho, fue hecho.
Es muy importante comprender el hecho de que todo lo que se ve puede considerarse como el efecto, en un nivel inferior de significación, de un orden superior de significancia.
Nuestro modo habitual de proceder es tratar de explicar los niveles más altos de significancia – por qué suceden las cosas- en términos de lo más bajo, qué y cómo suceden las cosas. Por ejemplo, tomemos un accidente real y tratemos de explicarlo.
La mayoría de nosotros vivimos al nivel de lo que sucedió – el accidente fue un evento en el espacio, – un automóvil chocó contra otro y prácticamente lo demolió. Algunos de nosotros vivimos en el nivel más alto del “cómo” sucedió el accidente – era una noche lluviosa, los caminos estaban resbaladizos y el segundo automóvil patinó sobre el primero. En raras ocasiones, algunos de nosotros alcanzamos el nivel más alto o causal del “por qué” ocurre un accidente de ese tipo. Entonces tomamos conciencia de lo invisible, el estado de conciencia que produjo el evento visible.
En este caso, el automóvil destruido, era conducido por una viuda que, aunque sentía que no podía permitirse el lujo, deseaba cambiar su entorno. Habiendo escuchado que, mediante el uso adecuado de su imaginación, podía hacer y ser lo que deseaba ser, esta viuda se había estado imaginando a sí misma viviendo en la ciudad que ella deseaba. Al mismo tiempo, ella estaba viviendo en una conciencia de pérdida, tanto personal como financiera. Por lo tanto, ella trajo consigo un evento que aparentemente era otra pérdida, pero la suma de dinero que le pagó la compañía de seguros le permitió hacer el cambio deseado en su vida.
Cuando vemos el “por qué” detrás del aparente accidente, el estado de conciencia que produjo el accidente, somos guiados a la conclusión de que no hay accidente. Todo en la vida tiene su significado invisible.
El hombre que se entera de un accidente, el hombre que sabe “cómo” sucedió, y el hombre que sabe “por qué” sucedió, están en tres diferentes niveles de conciencia con respecto a ese accidente. En la escala ascendente, cada nivel superior nos lleva un paso más adelante hacia la verdad del accidente. Debemos esforzarnos constantemente para elevarnos al nivel superior de significado, el significado que es siempre invisible y por encima del evento físico. Pero recuerda, el significado o la causa del fenómeno de la vida sólo pueden encontrarse dentro de la conciencia del hombre.
El hombre está tan absorto en el lado visible del drama de la vida – el lado del “qué” ha sucedido, y “cómo” sucedió, que rara vez se eleva al lado invisible del “por qué” sucedió. Él se niega a aceptar la advertencia del Profeta de que: Lo que se ve fue he hecho de lo que no se veía. – Hebreos 11: 3
Sus descripciones del “qué” ha sucedido y “cómo” sucedió son verdaderas en términos de su correspondiente nivel de pensamiento, pero cuando pregunta “por qué” sucedió, todas las explicaciones físicas caen y se ve obligado a buscar el “por qué”, o su significado, en el nivel superior e invisible.
El análisis mecánico de los eventos trata sólo con las relaciones externas de las cosas. Tal curso nunca alcanzará el nivel que contiene el secreto de por qué ocurren los eventos. El hombre debe reconocer que los lados inferiores y visibles fluyen del nivel de significado superior e invisible. La intuición es necesaria para elevarnos al nivel del significado, al nivel del por qué suceden las cosas. Sigamos el consejo del antiguo profeta hebreo y “Levantemos nuestros ojos a los montes” dentro de nosotros mismos, y observemos lo que está sucediendo allí. Veamos qué ideas hemos aceptado como verdaderas, a qué estados hemos dado nuestro consentimiento, qué sueños, qué deseos y, sobre todo, qué intenciones. Es desde estas colinas que todas las cosas vienen a revelar nuestra estatura – nuestra altura – en la escala vertical de significado. Si levantamos nuestros ojos hacia el “Tú en Mi que trabaja detrás del velo”, veremos el significado de los fenómenos de la vida.
Los eventos aparecen en la pantalla del espacio para expresar los diferentes niveles de conciencia del hombre. Un cambio en el nivel de su conciencia automáticamente resulta en un cambio de los fenómenos de su vida. Intentar cambiar las condiciones antes de que cambie el nivel de conciencia de donde vinieron, es luchar en vano. El hombre redime al mundo a medida que asciende en la escala vertical del significado.
En la analogía del libro vimos que, a medida que la conciencia se elevaba al nivel en que el hombre podía ver el significado expresado en la disposición de las letras, también incluía el conocimiento de que las letras estaban organizadas de acuerdo a ciertas reglas, y que tales arreglos, cuando se imprimían en papel y se juntaban, formaban un libro. Lo que es verdad del libro es verdad de cada evento en el mundo.
“No harán mal ni dañarán en todo mi santo monte; porque la tierra estará llena del conocimiento del Señor, como las aguas cubren el mar”. – Isaías 11: 9
Nada debe ser descartado; todo es para ser redimido. Nuestras vidas, ascendiendo la escala vertical del significado hacia una conciencia cada vez mayor – una conciencia de cosas de significado superior – es el proceso por el cual se lleva a cabo esta redención. Como el hombre organiza letras en palabras, y palabras en oraciones para expresar un significado, de manera similar, la vida organiza circunstancias, condiciones y eventos para expresar los invisibles significados o actitudes de los hombres. Nada es sin significado.
Pero el hombre, al no conocer el nivel superior del significado interno, mira afuera un panorama de eventos en movimiento y parecen no tener significado para la vida. Siempre hay un nivel de significado determinando los eventos y su relación esencial con nuestras vidas.
Aquí hay una historia que nos permitirá ver el bien en las cosas que parecen malas; retener el juicio, y actuar correctamente en medio de problemas.
Hace apenas unos años, nuestro país estaba conmocionado por una aparente injusticia en nuestro medio. La historia fue contada en la radio y la televisión, así como también en los periódicos. Tú puedes recordar el incidente. El cuerpo de un joven soldado estadounidense asesinado en Corea fue devuelto a su casa para su entierro. Justo antes del servicio, a su esposa le hicieron una pregunta de rutina: ¿Era su esposo un caucásico? Cuando ella respondió que era indio, el entierro fue negado. Esta negación estaba de acuerdo con las leyes de esa comunidad, pero movió a toda la nación. Nos enfureció que a cualquiera que haya sido asesinado en el servicio de su país, se le negara el entierro en cualquier parte de su país. La historia llamó la atención del presidente de los Estados Unidos, y ofreció el entierro con todos los honores militares en el cementerio nacional de Arlington. Después del servicio, la esposa les dijo a los periodistas que su esposo siempre había soñado con morir como un héroe y tener un funeral de héroe con todos los honores militares.
Cuando, nosotros en América, tuvimos que explicar por qué personas progresivas e inteligentes como nosotros, no sólo promulgamos, sino que además apoyamos tales leyes en nuestra gran tierra de libres y valientes, nos costaba dar una explicación. Nosotros, como observadores, sólo habíamos visto “qué” sucedió y “cómo” sucedió. No logramos ver “por qué” sucedió.
Ese entierro tuvo que ser rechazado si ese joven iba a realizar su sueño. Nosotros tratamos de explicar el drama en términos del nivel más inferior de “cómo” sucedió, cuya explicación no puede satisfacer a quien ha preguntado “por qué” sucedió. La verdadera respuesta, vista desde el nivel superior de significado, sería una inversión de nuestros comunes hábitos de pensamiento que serían rechazados instantáneamente. La verdad es que los estados futuros son causantes de los hechos actuales – el joven indio soñando con una muerte de héroe, con todos los honores militares, era como Lady Macbeth transportada “más allá de este presente ignorante”, y podía “sentir ahora el futuro en el instante.”
“Y por eso él estando muerto aún habla “. – Hebreos 11: 4