“Las percepciones del hombre no están limitadas por los órganos de la Percepción: él percibe más que los sentidos, aunque nunca tan sutilmente, puede descubrir”. [William Blake]
Aunque parezca que vives en un mundo material, en realidad vives en un mundo de imaginación. Lo externo, los eventos físicos de la vida, son el fruto de momentos olvidados que han florecido – resultado de previos y usualmente olvidados estados de conciencia. Son los finales corriendo fieles a los usualmente olvidados origines imaginativos.
Cuando te vuelves completamente absorto en un estado emocional, en ese momento, estás asumiendo el sentimiento del estado cumplido. Si persistes en ello, lo que sea que estés intensamente emocionado, lo experimentarás en tu mundo.
Estos períodos de absorción, de la atención concentrada, son los comienzos de las cosas que cosechas. Son en estos momentos en que tú ejercitas tu poder creativo – el único poder creativo que existe. Al final de estos períodos, o momentos de absorción, te alejas de estos estados imaginativos (donde no has estado físicamente) hacia donde estabas físicamente un momento atrás. En estos períodos, el estado imaginado es tan real que, cuando regresas al mundo objetivo y encuentras que no es el mismo que el estado imaginado, realmente es un golpe. En la imaginación has visto algo tan vívido, que te preguntas si ahora puedes creer en la evidencia de tus sentidos y como Keats, preguntarás: ¿Fue una visión o un sueño de vigilia? Esa música ha huido … ¿estoy despierto o dormido?
Este golpe invierte tu sentido del tiempo. Con esto quiero decir que, en vez de que tu experiencia resulte de tu pasado, ahora se convierte en el resultado de estar en la imaginación donde no has estado físicamente. En efecto, esto te mueve a través de un puente de incidentes hacia la manifestación física de tu estado imaginado.
El hombre que a voluntad puede asumir cualquier estado que desee, ha encontrado las llaves del Reino de los Cielos. Las llaves son el deseo, la imaginación y una atención firme enfocada en el sentimiento del deseo cumplido. Para tal persona, todo hecho objetivo indeseable no es más una realidad, y el ardiente deseo ya no es más un sueño.
“Pruébame ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, y vean si no abro las ventanas del cielo y derramo sobre ustedes bendición hasta que sobreabunde”. [Malaquías 3:10]
Las ventanas del cielo no pueden ser abiertas y los tesoros tomados por una fuerte voluntad, sino que se abrirán así mismas y se obtendrán los tesoros como un regalo gratuito – un regalo que viene cuando la absorción alcanza tal grado que resulta en un sentimiento de completa aceptación.
El pasaje desde tu estado presente al sentimiento de tu deseo cumplido, no está a través de un espacio. Existe continuidad entre lo llamado real e irreal. Para cruzar de un estado a otro, tú simplemente extiendes tus sensores, confías en tu tacto y entras completamente en el espíritu de lo que estás haciendo.
“No por el poder ni por la fuerza, sino por mi Espíritu — dice el Señor de los ejércitos”. [Zacarías 4:6]
Asume el espíritu, el sentimiento del deseo cumplido y habrás abierto las ventanas para recibir la bendición. Asumir un estado es estar en el espíritu de el.
Tus triunfos serán una sorpresa sólo para aquellos que no sabían de tu pasaje secreto de un estado de deseo a la asunción del deseo cumplido.
El Señor de los ejércitos no responderá a tu deseo hasta que hayas asumido el sentimiento de ya ser aquello que quieres ser, ya que la aceptación es el canal de su acción. La Aceptación es el Señor de los ejércitos en acción.