Neville Goddard

en Español

Tu Dominio Supremo

 Año 1953.

En el primer capítulo del Libro de Génesis, leemos: “Y Dios hizo al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó, hombre y mujer los creó. Dios los bendijo y les dijo: Sean fructíferos y multiplíquense, llenen la tierra y sométanla. Ejerzan dominio sobre todos los peces del mar y todas las aves del cielo y toda cosa que se mueve sobre la tierra” y “Dios vio todo lo que había hecho y era muy bueno”.

Cuando tú y yo leemos la Biblia, sin saber que es una verdad psicológica y viéndola como un hecho histórico, no podemos entender la palabra. Pero cuando el hombre sabe que la Biblia es la mayor colección de verdades psicológicas, y que nunca pretendió ser vista como historia o cosmología, entonces él tiene un vislumbre de este grandioso, maravilloso libro. El hombre mismo es la gran tierra psicológica que debe ser sometida. En el hombre se mueven todas las pasiones, todas las grandes emociones, simbolizadas como cosas y animales que se arrastran. En lo profundo del hombre viven en realidad los estados invisibles, simbolizados como peces. En lo profundo del hombre viven en realidad todas las infinitas ideas, simbolizadas como las aves del cielo. Es este hombre el que debe ser dominado, porque al dominarlo, entonces viene la promesa y tendrá dominio sobre este vasto territorio maravilloso, que es el hombre.

Si el hombre no sabe que él mismo es la tierra de la cual se habla, él piensa que debe salir al mundo y conquistarlo. Y entonces, cuando observa este maravilloso mundo a su alrededor, él cree ser tan pequeño.  La Biblia también nos dice que se llama a sí mismo: saltamontes. Él ve gigantes en la tierra, los gigantes de la industria, los gigantes de la economía, todos los gigantes a su alrededor, y se siente cada vez más pequeño porque él realmente no sabe cómo dominar la tierra, que es él mismo. Cuando el hombre lo sepa, se dará cuenta de que el hombre, como individuo, es supremo dentro del círculo de su propia conciencia, ya que dentro del círculo de su conciencia todo el drama de la vida se vuelve a representar una y otra vez.

Él tiene que comenzar con sí mismo y luego verá que este maravilloso mundo exterior, este mundo visible, no es lo que él piensa que es – un lugar de exilio de Dios, sino que es la vestimenta viviente del Padre, y aunque para muchos de nosotros su discordante armonía necesita cierta interpretación, para el  sabio, tiene voz y la voz habla de cosas ocultas detrás del velo, cosas ocultas detrás del velo de la mente del hombre, porque todo este vasto y maravilloso mundo es una respuesta a la disposición de la mente del hombre. Cuando él lo sepa, buscará dentro las causas ocultas, observará las profundidades para ver a los peces, cómo nadan y cómo se relacionan, ya que esta disposición de las profundidades, se proyectará como circunstancias y condiciones de vida.

Por lo tanto, si no has comenzado, hoy es el momento de comenzar realmente a poner en práctica esta enseñanza y convertir esta violencia en un jardín de Dios. Se llama Edén y el hombre fue colocado dentro de el para cultivarlo y cuidarlo, porque el jardín de Dios, es el hombre. Es la mente del hombre. Tú nunca encuentras un jardín a menos que haya un hombre presente, porque sin un hombre habría un bosque salvaje, pero cuando un hombre es colocado en el, comienza a cortar los árboles o las malezas del pensamiento equivocado; despeja el suelo y lo cultiva, y luego planta sabiamente.  Así tú tendrás dominio, pues seleccionarás la semilla que plantarás, las ideas que mantendrás y las cultivarás. Sabiendo que el mundo exterior constantemente da testimonio de la disposición interna de la mente, sólo seleccionarás las cosas que deseas proyectar en la vestimenta viviente de tu Padre. Porque todo el vasto mundo que te rodea, es una prenda viviente que usa tu Padre.

Entonces, ¿cómo cosechó? Él dijo que hizo al hombre a su propia imagen; bueno, los métodos del conocimiento mental y espiritual son completamente diferentes. Tú y yo podemos conocer una cosa mentalmente mirándola desde afuera, comparándola con otras cosas, analizándola, definiéndola, incluso dando una descripción de ella, pero solamente podemos conocer una cosa espiritualmente, convirtiéndonos en eso. Debemos ser la cosa misma, si queremos conocerla espiritualmente. Debemos estar enamorados, si queremos conocer el amor. Debemos ser como Dios, si queremos saber lo que es Dios. Porque Dios me hizo, no de otra cosa que no sea él mismo; él me hizo perfecto, entonces me hizo, convirtiéndose en mí.  No hay otra manera en el mundo en que Dios pudiera haberme hecho, a menos que se convirtiera en mí. De modo que Dios se hizo hombre para poder conocer al hombre de la única manera en que podía conocer algo, porque él conoce todas las cosas espiritualmente y las llama muy buenas.

Por lo tanto, él me hizo convirtiéndose en mí, y ahora yo estoy llamado a ir y cuidar la tierra, a dominarla y a tener dominio. Y yo soy la tierra, yo debo aprender a plantar como él plantó. Él plantó el mundo convirtiéndose en el mundo. Ahora yo debo plantar como hombre, convirtiéndome en el hombre que deseo ser. Entonces, detallaré todas las cosas, las nombraré, le daré un nombre a todo lo que quiero expresar como hombre, y luego lo conoceré espiritualmente al convertirme en eso – me convierto en eso, como él se convirtió en mí. Yo me identifico con ello y vivo en esa identidad y la visto en la carne, de hecho, la visto.

No se me puede quitar ni una sola cosa en el mundo que sea mía, salvo separándome del estado en que esa cosa que amo tiene su vida natural. Si vivo en un mundo de belleza, si vivo en un mundo de amistad, de comodidad y de todas las cosas encantadoras que los hombres disfrutan, ningún poder en el mundo puede quitarme ni uno de ellos, salvo que yo – que vivo entre ellos – me despegue del estado donde estas bellas cosas tienen su vida natural. Cuando tú y yo lo sabemos, comenzamos a cultivar la tierra, realmente eliminamos de la mente todos los estados negativos, todas las emociones desagradables y nos ponemos en sujeción, no a lo externo, sino a lo interno y luego lo externo refleja esa cultivación en sí mismo.

Ahora, ¿cómo se hace? En el primer libro de la Biblia se te dice cómo se hace. Porque la promesa es para el hombre que lo hace y la promesa es una completa expansión, más allá de sus mejores sueños, sobre el estado que planta. El que lo hizo primero se llamaba Jacob. Bueno, yo soy Jacob, tú eres Jacob si empiezas a plantar; todo hombre es potencialmente Jacob, y Jacob lo hizo por justicia. Como se dijo, lo hizo por justicia y prosperó en gran manera, de modo que multiplicó por mil sus rebaños y siervas y siervos y camellos y asnos. Y esto es lo que dijo: “Mi justicia responderá por mí el día de mañana”. 

La justicia es la conciencia correcta. La única conciencia correcta, es la conciencia de ya ser la persona que quieres ser, porque eso te vincula con un estado invisible. Aún no puedes verlo, pero te apegas al estado que te atreves a asumir que eres, y vas a pescar en las profundidades, ahora estás empezando a dominar las profundidades. Tú entras a un estado a través del sentimiento, al sentir que ya eres lo que quiere ser. Y así es como te vuelves sumamente grande en tu mundo porque, en tu mundo, tú serás el Jacob expandiéndose.

El siguiente que encontramos es Job. Aquí, en medio de todas las pruebas y tribulaciones de un hombre, Job dice: “Me aferraré a mi justicia y no la soltaré. Mi corazón nunca me reprochará en el tiempo de mi vida”. Él se aferrará a la justicia en medio de la tormenta, en medio de todos los problemas del mundo, él asumirá que es libre y se aferrará a esa conciencia correcta, sabiendo que nunca en la eternidad su corazón podría juzgarlo con dureza.  Luego se nos dice: “Los humildes de la tierra busquen la justicia” y es a los humildes de la tierra a quienes se les da la tierra. Como se nos dice, “Los mansos heredarán la tierra”.

Es posible que se te haya enseñado a creer que ‘manso’ significaba el hombre golpeado, el que cae y se arrastra como saltamontes; no es así. La palabra “manso” si se traduce, en realidad significa ser domesticado, como un animal salvaje es domesticado. El hombre que domestica la mente, el hombre que domestica su ser – de modo que él pueda establecer cualquier tarea y hacer que ejecute esa tarea- ese hombre es manso y los mansos heredan la tierra. Los mansos siempre buscan la justicia, por lo tanto, si hoy comencé a dominar esta tierra, yo debo hacer de la justicia mi palabra clave y así, si yo fuera justo, ahora seleccionaría la naturaleza de los árboles que plantaría, la naturaleza de las flores que plantaría, la naturaleza de los animales que cultivaría, la naturaleza de los peces que atraparía y los nombraría como estados deseables, llamados en la Biblia ‘belleza en lugar de cenizas’; llamados en la Biblia ‘el espíritu de júbilo en lugar de llanto’; llamados por todas estas cosas hermosas.

Como se te dice, todas las cosas que son buenas, piensa en esas cosas. Todo lo bueno – porque él lo llamó muy bueno – todo lo que yo llamaría bueno, lo cual es un juicio justo, será el juicio correcto. A pesar de que la evidencia de mis sentidos lo niegue, a pesar de que la razón me diga que es imposible de realizar, habiendo descubierto que soy yo quien planta mi jardín, que este es el único jardín para cultivar, que esta es la única tierra a la cual someter, yo comenzaría ahora y asumiría resueltamente el bien, primero para mí – siempre comienzo con Jerusalén- luego iría al mundo y predicaría la bondad conociendo la bondad.

Cuando conozcas a alguien, independientemente de lo que la apariencia pueda revelar, conoce la verdad de ese individuo y libéralo. Conócelo cómo debería ser conocido primero por sí mismo, pero si no lo ha sabido como algo verdadero de sí mismo, al menos tú lo sabes por él. Y aunque nunca lo vuelvas a encontrar nuevamente en la carne, continúa sabiendo la verdad que libera al hombre, sabiendo que ya es libre, y entonces tú estarás cultivando tu jardín. Lo estarás sometiendo, lo estarás dominando y entonces tú tendrás dominio. Tú eres supremo en tu mundo, si sólo conoces el mundo en el que realmente estás; el hombre es la tierra psicológica en la cual tiene lugar este maravilloso torbellino de eventos. El hombre es la tierra psicológica sobre la cual se mueven todos los animales; cada emoción es simbolizada como el animal. Cada ave del cielo es verdaderamente la idea que entretienes. Cada pez de las profundidades, es el estado invisible que podrías atrapar si sólo supieras cómo lanzar tu red en el lado derecho.

Tú pescas toda la noche y no atrapas nada, pero luego viene uno que sabe, uno que es justo, y lo arroja del lado derecho, siempre ese lado derecho – el lado derecho es la justicia o la conciencia correcta – entonces lo atrapa. Puede que yo no los vea, no tengo que verlos, no tengo que esperar a que lo confirme la evidencia de mis sentidos, porque me dicen: “Y la fe le fue contada por justicia.” Por eso, tendré fe en la realidad de lo profundo; tendré fe en la realidad de los estados invisibles. Ahora es invisible, lo sé, es un pez, pero tengo fe en la existencia y en la realidad del estado invisible que quiero externalizar, sabiendo que puedo externalizarlo, porque cada vez que lo externalizo, agrego a esta prenda maravillosa de mi padre, y ese es mi trabajo, mi deber. 

Entonces, comienza a creer que tú eres la única tierra de la cual se habla en la Biblia. Tú eres el elegido para vivir en el centro del jardín, pero debes convertirlo en un jardín, porque las palabras son: “cultívalo, cuídalo”. Planta bien, tú tienes dominio sobre cada idea en tu mente.  Tú dices que no lo tienes, bueno, algunos pueden ser molestos para ti, pero tú tienes la opción de aceptarlo o rechazarlo. Si lo aceptas, te identificas con ello y entonces el estado con el cual te has identificado – por la ley misma de tu ser – debe externalizarse dentro de tu mundo para que puedas ver cómo plantas ese jardín.

Por lo tanto, no esperes un segundo más allá del tiempo en que observas malezas en lugar de flores. Comienza de inmediato en el momento de la observación y empieza a replantar el jardín. Empieza realmente a dominarlo. Conviértete en el manso. El manso es el audaz, el manso es el audaz de corazón que no pide ayuda, él camina sabiendo que puede hacerlo, él puede pescar, realmente puede poner en sujeción cada ave del cielo, cada idea de la mente. Él comenzará a conocer estas cosas espiritualmente. Él las conocerá de la única manera en que tú y yo podríamos conocer cualquier cosa, convirtiéndonos en ello, no teniendo un mundo de información sobre cosas objetivas, y conociendo estas cosas sólo mentalmente. Yo debo aprender a conocer las cosas espiritualmente; debo aprender a conocer espiritualmente qué es el amor, estando enamorado. Debo aprender a conocer espiritualmente qué es la seguridad, haciéndome consciente de ya estar seguro. Debo aprender a conocer espiritualmente qué es la salud haciéndome consciente de que ya estar sano, y sostener estos estados en nombre de la justicia, sabiendo que mi justicia responderá por mí el día de mañana.  

No me hagas ninguna promesa, porque cuando el suegro le dijo a Jacob: “¿Qué promesa debería hacerte?”  “Sólo dime que la descendencia de cierta manera será mía y no tendré otra promesa. Todos los manchados serán míos, ese será mi salario. No hay ninguno manchado entre los padres, pero todas las crías que sean manchadas, aunque los padres no lo sean, esas serán mías. Ese será mi salario y mi justicia responderá por mí el día de mañana”. Y él comienza a asumir que su mundo está poblado de cabras manchadas, y todas las que nacían saludables, eran manchadas. Y aumentó más allá de los mejores sueños de un hombre.

Bueno, conviértete en ese hombre, y empieza desde el simple principio como él comenzó. No había una sola cosa en el mundo que lo alentara a pensar que una cría, de padres que no eran manchados, pudiera nacer pintada. Sin embargo, él sabía y asumió que habían dado a luz tales casos innumerables veces, que venían y se multiplicarían por mil. Entonces, en tu caso, tal vez sea un negocio, tal vez los médicos te hayan dado un veredicto final, definitivo, y es fatal. Bueno, el médico a su manera está haciendo todo lo posible, no lo habría dicho para lastimarte o para asustarte, él firmemente lo creyó. No obstante, tú tienes otra ley y tu ley es que puedes asumir – a pesar de ese veredicto- que tú estás bien. Y luego, aunque mañana o al siguiente día no aparezca el árbol, sabes que con el tiempo tu justicia responderá por ti, y como Job en medio de todas las tormentas, cuando debería haber ido a la tumba, se mantuvo firme en la conciencia de que ya era lo que él quería ser, para que su corazón no pudiera hablar con dureza contra él. Bueno, no lo hizo, ya sabes la historia.

Y así, en todo momento se nos dice, acaba con los pecados, deja de desviarte por la justicia. “Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados “. También se te dice, “Busquen primero el reino de Dios y su justicia, y todas las cosas les serán añadidas”. Pues bien, el reino de Dios está dentro de ti. Se te ha dicho varias veces. La Biblia lo afirma una y otra vez: “El Reino de Dios y el Reino de los cielos están dentro de ti”. No están afuera. Aparentemente los ves afuera; esa es la respuesta a la interioridad donde están. Ahora, búscala y su justicia.

Por lo tanto, asume dentro el estado de ánimo que sería tuyo si ya fueras la persona que quieres ser. Mantén ese estado de ánimo, ocúpalo tan a menudo como puedas, y observa cómo esa justicia atraerá las cosas hacia sí. Las cosas que atrae están siempre en armonía con su naturaleza, nunca atrae nada ajeno a sí mismo. Si yo asumo que soy el hombre que quiero ser, entonces no puedo encontrar eventos que estén en conflicto con mi asunción, porque mi mundo refleja el ser que soy.  

Más tarde, lee todo el capítulo. Es bonito. Yo empecé con el versículo veintisiete: “Y Dios hizo al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó, hombre y mujer los creó”.  Luego viene lo que hay que hacer; después, viene la promesa si lo haces y a continuación, viene el juicio: ‘Es bueno y muy bueno’. Entonces comienzas a ver que tú eres la tierra en la que ahora comienzas a trabajar. Si lo haces, serás fructífero, te multiplicarás y en realidad llenas este mundo, aunque aparentemente es estéril, tú lo llenas si lo sometes.

La tierra es el Ser que debe ser sometido, no golpeándose a sí mismo como algunas personas lo han malentendido, no aislando al ser en algún pequeño lugar solitario, no huyendo de la vida, sino en medio de la vida se encuentra la oportunidad de volverse manso: tomar la violencia que es el hombre, el hombre individual, y luego llevarlo al estado de los mansos; para trascender la violencia al no luchar contra las condiciones, ya que las condiciones sólo pueden reflejar lo que está dentro de la persona que observa esa condición. Por lo tanto, no te enojes con ello, déjalo tal como está. Si las condiciones siguen siendo las mismas, es una señal segura de que no has sido fiel a la justicia. Si hubieras sido fiel a la conciencia de ya ser la persona que quieres ser, las condiciones tendrían que cambiar en armonía con esa justicia. Así que no te enojes, déjalo como está y comienza hoy a tomar esta maravillosa tierra, que es el taburete del Señor, que realmente es la mente del hombre, y comienza efectivamente a trabajar en ello. Entonces no voltearás de izquierda a derecha; tú mantendrás el camino angosto. Saldrás sabiendo que puedes hacerlo.

Yo sé por experiencia que no tardarás mucho en ver aparecer brotes; no tardarás mucho en ver aparecer las flores. Todo aparecerá, si te tomas a ti mismo y, mediante una observación acrítica, observas al ser que eres; observa la condición de la tierra tal como es ahora, por la observación acrítica de tus reacciones a la vida.  Cuando ves quién eres, eso te está mostrando el estado de la tierra tal como es ahora. No lo condenes, simplemente comienza a dominarlo, sabiendo que tienes dominio sobre todos los peces del mar, las aves del cielo y todos los animales que se mueven sobre la tierra. Sabiendo que esos son los estados de ánimo del pensamiento, los deseos, las pasiones que se mueven en ti, comienza a entretener sólo lo bueno y lo muy bueno.

Medita sobre ellos y repoblarás tu tierra porque tú eres supremo dentro del círculo de tu propia conciencia. Ahora puedes decir que es una muy pequeña; permíteme decirte que, aunque tengas un cuerpo y una vida propia, tú estás enraizado en mí y terminas en mí, como yo estoy enraizado en Dios y termino en Dios. Cada hombre puede decir lo mismo, sin importar si miras en un mundo de miles de millones de ellos, y cada año pasan por las puertas hacia el estado invisible relativo a este mundo, pero, así como van y vienen, cada hombre en el mundo está realmente enraizado en ti y termina en ti, y tú estás enraizado en lo último que llamamos Dios, el Padre.

Así que todo el vasto mundo está simplemente centrado en ti. Comienza ahora a reorganizarlo para que refleje la belleza que deseas vivir y vivirla en este mundo. Lo haces asumiendo lo mejor. Siempre imagina lo mejor de ti mismo; siempre imagina primero con Jerusalén y luego sale e irradia lo que te has dado a ti mismo. Si vives en ese maravilloso estado, sólo tendrás el bien para derramar sobre los demás, ya que tienes un regalo que es verdaderamente tuyo para dar y que eres tú mismo. No tienes otro regalo. Si eres bueno, sólo puedes dar lo bueno. Si no lo eres…bueno, lo que sea que eres, eso es lo que das. 

El tema es que, cuando te observas a ti mismo, observando tus reacciones, puedes encontrar que no es una tierra muy agradable, pero sigue siendo una tierra fértil. Se puede limpiar de todos esos árboles de pensamiento erróneo tradicional y ser replantada en armonía con la belleza que deseas y en el presente inmediato, dará frutos en armonía con las semillas que plantes.

Entonces, salgamos decididos a lograr una mejor disposición de nuestra mente para que podamos producir prendas más nobles para que use nuestro Padre. Porque este maravilloso universo visible y objetivo es sólo la vestimenta viviente de mi Padre; no es un lugar de exilio como muchos creen – hablan de su hogar y de su regreso a casa, como si no estuvieran ahora en medio de su Padre. Cuando me ves, ves a mi Padre. Cada vez que me ves, ves el estado de mi mente, porque verás el mundo en el que vivo; y el estado de mi mente, ese arreglo interno, ese es mi Padre; cuando me ves proyectado, entonces lo llamas el Hijo.

Mi mundo a mi alrededor me dice dónde estoy; todos estos estados internos son lugares en esta fabulosa conciencia psicológica. El estado interno es igual a lugar y dónde estoy en mi interior, determina lo que veo cuando miro fuera del ser. Entonces, cuando observo el mundo, esa área de la prenda de mi Padre – ya sea que esté destrozada a causa del lugar interno en el cual me encuentro, o si es una adorable – yo sólo estoy viendo el arreglo interno de mí mismo. Siempre me estoy rodeando con la verdadera imagen de mí mismo y lo que yo soy en la conciencia, sólo eso puedo ver. Sabiendo eso, déjame estar determinado hoy a buscar la justicia, o la conciencia correcta, para poder cosechar en el presente inmediato todas las cosas hermosas que deseo.

En resumen, selecciona un noble objetivo en la vida. Habiéndolo definido claramente como un estado deseable, el estado que te gustaría externalizar, hazte a ti mismo esta pregunta muy simple: “¿Cuál sería el sentimiento si fuera verdad que ya encarno ese noble estado?” En respuesta a tu pregunta vendrá un sentimiento; asume ese sentimiento; tiene realidad fuera del momento presente. Su existencia se encuentra en completa independencia del presente hecho objetivo. Tiene estructura real; tiene realidad en lo profundo de el. Vino en respuesta a tu llamada cuando dijiste: “¿Cuál sería el sentimiento si fuera verdad?” Y nombraste aquello que estabas pensando – si era seguridad, salud, cualquier estado – ese pez provenía de las profundidades; fue localizado y tú tomaste el “Yo” y lo colocaste en ese sentimiento. En realidad, estabas parado sobre el, aunque es invisible. Ahora permanece en el.   

Si permaneces en ese estado, se te dice en la Biblia, en tres días serás “escupido en tierra firme”. “Tres” no significa tres días; “tres” significa plenitud, “tres” significa, completo. Por lo tanto, si yo vivo dentro de ese pez durante tres días, hasta que todo parezca natural y parezca real, y tenga la intensidad sensorial de la realidad, entonces yo seré expulsado como algo objetivo, y algo que comúnmente se llama en la Biblia “tierra” o “tierra seca”.

Tiene realidad, como tú la sientes, sólo que la gente se aleja de ella porque no tiene un hecho objetivo inmediato que lo confirme. Pero lo montas durante tus tres días y sabrás lo que es entrar en ese pez y permanecer en él hasta que se alcance la plenitud, hasta que la realidad se alcance dentro. En ese estado tu fuiste justo y tu justicia hablará por ti en el futuro. No te fallará; no te puede fallar.


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