“Te doy el extremo de una Cuerda Dorada; hazla un ovillo, te llevará a la puerta del cielo, construida en el Muro de Jerusalén”. – Blake
En los siguientes escritos, he tratado de indicar ciertas formas de abordar la comprensión de la Biblia y la realización de tus sueños.
“Para que no sean perezosos, sino imitadores de aquellos que por fe y paciencia heredan la promesas”. – Hebreos 6:12
Muchos de los que disfrutan de los viejos versículos familiares de las Escrituras, se desalientan cuando intentan leer la Biblia como lo harían con cualquier otro libro porque, de manera bastante excusable, no entienden que la Biblia está escrita en lenguaje simbólico. No saben que todos sus personajes son personificaciones de las leyes y funciones de la mente; que la Biblia es psicología más que historia, entonces ellos desconciertan sus cerebros por un tiempo y luego se dan por vencidos. Es demasiado desconcertante.
Para comprender el significado de sus metáforas, el lector de la Biblia debe estar imaginativamente despierto. De acuerdo con las Escrituras, nosotros nos dormimos con Adán y nos despertamos con Cristo. Es decir, dormimos colectivamente y despertamos individualmente.
“Y el Señor Dios hizo caer un sueño profundo sobre el hombre, y éste se durmió”. – Génesis 2:21
Si Adán o el hombre genérico, está en un sueño profundo, entonces sus experiencias, tal como están registradas en las Escrituras, deben ser un sueño. Sólo el que está despierto puede contar su sueño, y sólo el que entendiera el simbolismo de los sueños podría interpretar el sueño.
“Y se decían el uno al otro, ¿No ardía nuestro corazón dentro de nosotros, mientras nos hablaba en el camino, y cuando nos abría las Escrituras? “- Lucas 24:32
La Biblia es una revelación de las leyes y las funciones de la Mente expresadas en el lenguaje de ese reino indefinido al cual vamos cuando dormimos. Porque el lenguaje simbólico de este reino indefinido es muy similar para todos los hombres, los recientes exploradores de este reino – la imaginación humana- lo llaman el “inconsciente colectivo”.
El propósito de este libro, sin embargo, no es darte una definición completa de los símbolos bíblicos o interpretaciones exhaustivas de sus historias. Todo lo que espero haber hecho, es indicar el camino por el cual es más probable que tengas éxito en la realización de tus deseos. “Lo que sea que desees” puede obtenerse sólo a través del ejercicio consciente y voluntario de la imaginación en directa obediencia a las leyes de la Mente.
En algún lugar dentro de este reino de la imaginación hay un estado de ánimo, un sentimiento del deseo cumplido que, al ser apropiado, significa éxito para ti. Este reino, este Edén – tu imaginación – es más vasta de lo que crees y su exploración te compensará. “Yo te doy el extremo de una cuerda dorada; tú debes hacerla un ovillo”.